La madrugada del Día D
Faltan unas horas para que se dispute la final del Mundial Brasil 2014 entre Argentina y Alemania. Atrás quedaron cada uno de los partidos que la albiceleste disputó para llegar a la última instancia.
Esta madrugada Buenos Aires se parece mucho a Lima, una espesa neblina cubre la ciudad. El sábado una fuerte lluvia cayó durante la mayor parte del día. Desde hace más de un mes el tema es el mismo: el Mundial. ¿El vicepresidente está procesado por cohecho y negociaciones incompatibles? No importa. ¿Argentina pelea judicialmente por el tema de los fondos buitres? Tampoco importa. ¿Cristina se reunió ayer con Putin en la Casa Rosada? Que bueno, pero no nos interesa. El tema es uno solo: el anhelo de Argentina campeón.
Pocas veces vi a todos los argentinos unidos, todos tirando para un mismo lado. El 9 de julio, fecha de la patria, fecha histórica, también pasó desapercibida porque esa tarde- noche once guerreros se metieron a la final tras 24 años sin poder estar en esa instancia. Apenas terminó el partido el Obelisco se vio invadido por una multitud de hinchas para celebrar la victoria antes lo holandeses. Mientras que dirigía con un grupo de amigos, también peruanos, rumbo el emblemático lugar vimos a mucha gente celebrando en las diferentes esquinas de la ciudad. Se estima que unas 100 mil personas llegaron hasta ese punto de la capital argentina para dar el apoyo, a la distancia, a la selección. “Hay hambre de alegría en el pueblo”, decía un periodista de un matutino a la mañana siguiente.
Ese equipo ya se ganó el respeto de los sub 30 que no vieron a Diego campeón del 86. Al término de la tanda de penales ante Holanda se escucharon gritos en toda la ciudad, bocinazos y algunos fuegos artificiales. “Triunfalistas”, podrán decir algunos, pero lo cierto es que este grupo se robó el corazón de todos. Este equipo supo sobreponerse a las críticas de muchos periodistas e hinchas que ahora no les quedó otra que reconocer que esta selección tiene mística, la misma que hizo que el gran Mascherano le dijera "hoy vos te convertís en héroe" a “Chiquito” Romero.
En este momento ya nadie habla de estrategias, de estadísticas ni de características del poderoso equipo alemán; hoy se habla del gran equipo argentino que llega a una final porque supo luchar, porque supo poner corazón en cada una de las jugadas que lo hicieron llegar a esta final.
Esta madrugada es distinta, no hay mucha gente en las calles, muchos deben estar guardando garganta para la tarde. Ojalá que llegue esa estrella tan deseada por los argentinos y por los que vivimos en este país, sino se llega a dar, la gratitud será igual por darnos este mes de momentos inolvidables.
Ver correr a este equipo de multimillonarias figuras como un grupo de chiquillos felices le devuelven la fe a cualquiera en el amor de la camiseta. "Estoy harto de comer mierda", dijo Mascherano antes de salir a jugar el Argentina – Bélgica. Como me gustaría que los futbolistas que tienen la osadía de ponerse la blanquirroja alguna vez piensen igual y les den una alegría al pueblo peruano que lleva 32 años en el olvido futbolístico.
Escrito por
Periodista. Viví durante quince años en Argentina, hoy estoy en el sur del desierto israelí. Que sea siempre rock. TW: @lvreyes